Se le conoce como clausula a cada una de las disposiciones que integran un contrato o cualquier otro documento jurídico, convencional o unilateral de una empresa o seguro. Esto puede ser determinado a través de un código civil que determina el principio de autonomía de la voluntad, que permite regular cualquier negocio jurídico conforme a los intereses personales, siempre que no se contravengan las normas imperativas.
Estos términos que se encuentran contemplados dentro de un documento legal permiten que se pueda regular a través de cuatro vertientes, los cuales son:
- Contratos privados entre personas jurídicas. Esto puede ser por ejemplo, un contrato de distribución o de arrendamiento donde la persona se le indique qué cosas debe cumplir durante su tiempo dentro del local o vivienda.
- Acuerdos públicos entre Administraciones Públicas o entre estas y personas privadas. Esto puede involucrar, por ejemplo, cualquier contrato público o concesión.
- Tratados internacionales entre Estados u Organizaciones Internacionales. Por ejemplo, los tratados de adhesión a la Unión Europea, así como el TUE o el TFUE.
- Documentos unilaterales con efectos jurídicos. Un ejemplo de ello puede ser un testamento o las bases de un concurso.
Con respecto a los seguros, las clausulas determinan que implicaciones tiene el contrato que está firmando el cliente con la aseguradora, y las condiciones generales de la póliza que esto puede ser de dos tipos: las condiciones generales y las condiciones particulares.
Con respecto a las condiciones generales dentro de una cláusula de seguros, se puede definir como aquellas que el asegurador establece con carácter común para aplicarlas a todos los contratos de un mismo tipo.
En tal sentido, estas deben abarcar condiciones generales, las cuales deben estar redactadas de forma clara y precisa, tanto en el contrato como en la proposición de seguro, si la hubiera. Es importante recordar que si hay una cláusula que no es muy clara el cliente puede indicarlo para que sea redactada de una manera más clara.
Mientras que las condiciones particulares de una póliza son las cláusulas que se redactan expresamente para un contrato de seguro en concreto. Esto debido a su carácter individualizado, las condiciones particulares se aplican con carácter preferente a las condiciones generales.
La redacción de las condiciones particulares de la póliza debe ser clara y precisa. Además, deben destacarse de manera especial las cláusulas limitativas de los derechos de los asegurados, que deben ser aceptadas por escrito de forma específica.
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